¿Qué es el peeling?
La palabra “peeling” significa descamación o exfoliación y consiste en la utilización de sustancias químicas sobre la piel para renovar sus capas y poder así eliminar imperfecciones y favorecer un color uniforme.
El peeling consigue una disminución de las arrugas, una piel rejuvenecida y bien hidratada, con una secreción correcta de grasa y una buena consistencia y luminosidad.
Normalmente
se utilizan diferentes ácidos (glicólico, salicílico, mandélico,
resorcina, tricloracético, fenol, etc.) en función de los resultados que
se busquen, del tipo de piel, del estado cutáneo, de la edad y del
historial clínico.
Los peelings se utilizan para
corregir arrugas finas, medias o profundas,
para tratar el acné (activo, leve o moderado) y sus secuelas,
el envejecimiento cutáneo,
la flacidez,
la piel fina y rugosa,
la piel grasa,
las manchas cutáneas,
las queratosis actínicas, etc…