- Es prácticamente indoloro.
- Permite la depilación de grandes superficies de piel.
- Es idóneo para depilación de las zonas más sensibles, como las axilas o las ingles.
- Es apto para pieles oscuras de hasta fototipo VI y bronceadas.
La diferencia fundamental del láser Soprano con sus predecesores estriba en que permite 10 disparos de baja energía por segundo en vez de un único pulso, lo que permite repartir la energía de la luz láser de forma homogénea en la zona tratada, pudiéndose realizar diferentes pasadas por un mismo punto.
Todo ello hace que el calentamiento de la piel sea muy progresivo y no instantáneo, como sucede con los otros tipos de láser que concentran toda su energía en un único disparo, lo que hace la depilación un tanto dolorosa. El calentamiento del pelo y la piel de su entorno se produce de forma gradual en función del número de pasadas que se realizan, por lo que la depilación con el láser Soprano resulta prácticamente indolora.
Esto, por otra parte, hace que este láser resulte muy apropiado para depilación de zonas de la piel muy sensibles, como las ingles, las axilas o en el caso de los hombres la superficie lateral del tronco o el pecho. Pero también que en una única sesión se puede eliminar el vello de zonas extensas. Para ello se dibuja una cuadrícula en la que cada sector tiene 10 cm de lado y se pasa repetidamente el láser por ella hasta que se elimina la totalidad del vello. El procedimiento debe estar reglado, de ahí la cuadrícula, con el fin de garantizar la homogeneidad en la aplicación de los pulsos de baja energía.
Otra de las consecuencias de los sucesivos disparos de baja energía es que esté nuevo láser sea más seguro a la hora de depilar pieles oscuras o recién bronceadas, con un fototipo de IV a VI. Y ello conlleva un menor riesgo de efectos adversos a los que los láser de diodo o Alejandrita con más proclives: irritación de la piel, posibles quemaduras, etc.
Lo importante, en el caso del láser Soprano, es que el personal que lo utilice debe estar muy bien formado, pues de lo contrario se correría el riesgo de que los resultados no fueran óptimos y que pueda producirse la miniaturización del pelo, lo que haría más difícil su posterior eliminación, obligando al uso de IPL (láser de pulso corto).